viernes, 12 de marzo de 2010














ECOSISTEMA PASTIZAL








Los pastizales son ecosistemas caracterizados por presentar una vegetación abierta dominada por especies herbáceas y cuya producción primaria es aprovechada directamente por los herbívoros (Miller, 1990). Suelen estar situados en zonas con productividad relativamente baja que no son adecuadas para usos agrícolas intensivos. En ellas, el pastoreo es un procedimiento eficaz para recolectar y transformar su dispersa producción primaria en productos para uso o consumo humano. A pesar del predominio herbáceo, el componente arbustivo y arbóreo juega con frecuencia un papel clave como protección o recurso trófico, en especial durante las épocas de escasez de herbáceas. La composición y productividad de los pastos está regulada por la actividad de los herbívoros y el hecho de que su manejo requiera contar con otro nivel trófico además del de los productores primarios (en comparación con los cultivos o la producción forestal), supone un grado añadido de complejidad y retos para la Ecología aplicada a la gestión de los recursos naturales.








Los pastizales ocupan algo más de la cuarta parte de la superficie emergida del planeta (Newman, 2000). Si a esa estimación unimos la superficie de tundras y desiertos, obtendríamos que entre un 35% y un 42% de la superficie de los continentes está manejada principalmente con herbívoros. La mitad aproximadamente son comunidades donde el desarrollo de la vegetación leñosa está limitado por las condiciones climáticas y, en menor medida, edáficas (MacFadden, 1997). Generalmente este hecho es consecuencia de precipitaciones bajas, de la existencia de largos periodos al año con bajas temperaturas o con el suelo congelado o debido a un exceso de salinidad en el suelo. A este grupo pertenecen las estepas, praderas de latitud media, tundras o pastizales alpinos como es el caso de las steppes o prairie norteamericanas (short-grass, mixed y tall-grass), estepas asiáticas, pampas argentinas o los pastizales alpinos europeos. La otra mitad son pastizales en los que la vegetación leñosa es retirada periódicamente de manera natural o como resultado de actividades humanas como el pastoreo con ganado, fuegos intencionados, desbroce, roturación, abonado, riego o siega, dando lugar, en muchos casos, a complejas combinaciones de prácticas de manejo (Galaty y Johnson, 1990). Pertenecen a este grupo muchas de las sabanas de América y África y de los pastizales de Europa, Japón, Este y Norte de América y áreas extensas de Australia y Asia, y es el caso de las dehesas, los pastizales alpinizados de 'puerto' y las praderías. Así, dentro de la denominación general de pastizales se incluyen ecosistemas sometidos a condiciones ambientales y de manejo muy variadas y se necesita un esfuerzo grande de síntesis, todavía no realizado, para establecer las bases ecológicas para su gestión.
En este artículo nos centraremos en los pastizales de origen antrópico, pertenecientes sobre todo al segundo grupo comentado anteriormente. En ellos el manejo humano tiene un papel esencial de control, influyendo en la disposición de la vegetación leñosa y en la dinámica general del suelo y la vegetación (Gómez-Sal, 2001b). Son los pastizales dominantes en la Península Ibérica y en ellos el uso sostenible (que hace referencia básicamente a utilizar los pastizales, un recurso renovable, a un ritmo acorde con su tasa de renovación), aparece como una realidad compleja con aspectos ecológicos, sociales, productivos, económicos e incluso éticos. En primer lugar, situaremos estos pastizales dentro de un gradiente de explotación de los ecosistemas naturales. En segundo lugar, indicaremos algunos elementos que estabilizan los pastizales y favorecen su uso sostenible, entre los que destaca la presencia de la vegetación leñosa. En tercer lugar, señalaremos la necesidad de establecer un sistema de seguimiento y control de la explotación de los pastizales y sugeriremos los principales indicadores ecológicos que deberían tenerse en cuenta. niveles de intensidad en la explotación de los pastizales
Para entender las posibilidades de uso sostenible de los ecosistemas de pastizal resulta útil situar éstos dentro de un esquema de intensidad de uso, en el que podríamos diferenciar estados de madurez, explotación, degradación y crisis (Fig. 1). Los pastizales, dependiendo de la intensidad de uso y de las circunstancias ambientales, pueden encontrarse en cualquiera de los cuatro estados.












Elementos que favorecen el uso sostenible de los pastizales
Desde el punto de vista ecológico, sólo es posible el manejo sostenible de los pastizales si se mantienen las configuraciones estables propias del ámbito ecológico de 'explotación' o del estado de 'madurez' alternativo comentadas anteriormente. En esta situación, el ecosistema cuenta con elementos estabilizadores que reducen el riesgo de erosión, aportan recursos tróficos en la época de escasez, actúan de refugios para las especies más sensibles al pastoreo, favorecen la fertilidad y la existencia de materia orgánica en el suelo, crean condiciones microclimáticas que propician una mayor diversidad de especies y sirven de refugio al ganado, etc. Gómez Sal (2001a) considera fundamental (Fig. 5): 1) mantener manchas de vegetación leñosa en las zonas más frágiles y expuestas, retículos de vegetación leñosa intercalados entre las parcelas de pastizal y cultivos y matas aisladas de vegetación arbórea y arbustiva dispersas en el pastizal, 2) mantener la fertilidad de los suelos mediante el aporte adecuado de materia orgánica, siendo importante la elaboración de estiércol, compost y la rotación de cultivos, 3) mantener razas de ganado y variedades de plantas autóctonas adaptadas a las condiciones locales, así como pautas de manejo (como las prácticas de desplazamiento estacional del ganado) y modalidades de cultivo, rotación y siega adaptadas, 4) prestar una atención especial al ciclo del agua y su calidad (cuidado de fuentes, acequias, balsas o charcas ganaderas, pequeñas lagunas, etc.), evitando la contaminación tanto de los cursos de agua superficiales como de los acuíferos subterráneos, 5) mantener los sistemas de vallas, setos y terrazas tradicionales y 6) favorecer los sistemas ganaderos mixtos.


















HOLA LE SALUDA SU AMIGA MARLEN VALEDO SOLONIO















ECOSISTEMA PASTIZAL




Los árboles requieren para su supervivencia mucho agua; por eso en las zonas donde llueve poco, o donde el suelo es arenoso y el agua se filtra hacia las napas, no hay árboles sino hierba.



Las gramíneas son la hierba más abundante del reino vegetal, existen 10000 especies; son relativamente tardías en la línea evolutiva (no existían en la era de los dinosaurios, su edad: 25 millones de años), es decir, son vegetales evolucionados; usan el viento como propagador de sus semillas, por eso sus flores son diminutas y poco llamativas, alzando las espigas a la altura del viento.










Lo que más necesitan es luz; son muy resistentes a las sequías, al sol implacable, al fuego, a los mordiscos de los animales, a las inundaciones. La mayoría de las plantas forma una red ramificada para transportar su savia, mientras que las gramíneas la transportan en línea recta; su zona de crecimiento está en la base, por eso, si es que cortan sus tallos vuelve a crecer y no derrama savia inútilmente. No solo crece por semilla sino también por tallos horizontales que emergen del suelo cuando hay un espacio disponible, formando hojas y raíces; debajo de las gramíneas hay una maraña de raíces muy compacta y con una profundidad de varios centímetros, que cumple un rol muy importante a la hora de retener la tierra y evitar que se pierda hacia los ríos con las lluvias, o que se vaya como polvo cuando hay sequía. Ocupan la cuarta parte de la superficie terrestre: en las pampas, campos, estepas, veld o sabanas, distintos nombres para designar las llanuras gramíneas, todas tierras muy fértiles, enriquecidas constantemente por cientos de ciclos de vida y renacimiento (lo que no ocurre con tanta frecuencia en los bosques); entre ellas viven otras muchas pequeñas plantas: leguminosas, plantas de bulbo o raíces hinchadas, margaritas, dientes de león; jugosas en las zonas húmedas, secas pero comestibles en las zonas áridas (el altiplano por ejemplo); muy nutritivas para multitud de animales: una hectárea de gramíneas alimenta el mayor peso de materia viviente que cualquier otro tipo de vegetación.
En la hierba también habitan muchos insectos: saltamontes (comen hojas), pulgones y chinches (chupan savia), escarabajos y lombrices (comen hojas muertas). En los herbazales tropicales viven termitas, que han debido adaptarse a un régimen diferente que el de los bosques: hay más luz y menos humedad, si transitaran descubiertas morirían deshidratadas; por eso trabajan durante la noche, o bajo tierra, o bajo pequeños túneles que ellas mismas fabrican. Construyen sus inmensos nichos a veces sobre el suelo, ingeniándoselas para mantener un microclima al excavar hacia abajo y encontrar humedad: se turnan bajando hasta la humedad y el frescor para volver a subir e impregnar el ambiente de humedad y termizarlo con su temperatura. También hay muchas hormigas, que a diferencia de las termitas que son de la familia de las cucarachas, están emparentadas con las avispas. Recogen semillas y las llevan a sus depósitos subterráneos, con frecuencia más grandes aún que los termiteros pero siempre debajo del suelo; éstos llegan a alcanzar los 6 m de profundidad y se extienden hasta por 200 m2; las semillas son trituradas en su interior por hormigas de grandes mandíbulas que así permiten que también las más pequeñas puedan alimentarse; también recogen hojas que sin embargo no comen, sino que con ellas alimentan a hongos, distintos que aquellos presentes en los termiteros, que luego comen directamente.







Hay otra variedad de hormigas que ha sabido domesticar a los pulgones, que no aprovechan toda la savia que ingieren porque el resto lo excretan como un líquido “almibarado” que las hormigas comen; forman películas dulces debajo de las plantas; las hormigas los reúnen en rebaños, los protegen de depredadores ahuyentándolos con chorros de ácido fórmico, las azotan con sus antenas para que produzcan más líquido y llegado el tiempo del invierno, llevan todos sus huevos al hormiguero para que iniciada la primavera y nacidos los huevos, los vuelvan





a llevar a pastar en las plantas.






Más de un cuarto de la Tierra está cubierto por pastizales. Los pastizales se encuentran en cada continente excepto en la Antártica, y éstos forman la mayor parte de Africa y Asia. Existen diferentes tipos de pastizales. Para distinguir los diferentes tipos de pastizales que hay se les denomina con nombres diversos como llanos, praderas, savanas y pampas.





Los pastizales se desarrollan en lugares donde no cae suficiente agua de lluvia para que se desarrolle un bosque pero en donde cae demasiada agua para que exista un desierto. Los pastizales están repletos de - adivinaste - pasto. Pero existen diferentes tipos de pasto. A los campos de trigo se les considera pastizales, a pesar de que casi siempre son cultivados. El pasto es especial porque crece debajo de la tierra.






opicales





Las tierras de pastizal son definidas como aquellas áreas en las que por condiciones climáticas, topográficas y/o de suelo no son susceptibles de cultivo, y que en cambio pueden ser aprovechadas por ganado y fauna silvestre. Desde la perspectiva del Manejo de Pastizales las áreas de tierra que presentan una vegetación nativa, constituida por zacates (zacatales) hierbas, arbustos (matorrales) e incluso árboles son consideradas pastizales.
Tradicionalmente, la contribución de los pastizales al bienestar de la humanidad ha sido la producción de alimentos de origen animal, esto desde luego es posible gracias a su capacidad de producción de forrajes (alimentos con un alto contenido de fibra) que son aprovechados con relativa eficiencia por animales domésticos y silvestres como los rumiantes, los cuales son capaces de digerirlos y transformarlos en carne, leche, pieles y lana.
Este beneficio que se obtiene de los pastizales, se ubica desde luego dentro de un contexto económico: el del mercado. Otras vías de bienestar de los pastizales, aunque en menor grado valorados o en proceso de serlo, son el aprovechamiento de algunas especies vegetales de importancia forestal no maderable para la obtención de fibras, condimentos, ceras, carbón vegetal, bebidas alcohólicas, medicamentos, jardinería, la fauna silvestre y el valor paisajístico de los pastizales, a menudo combinados en actividades ecoturísticas. Sin embargo, estos son sólo algunos de los servicios que se obtienen de los ecosistemas de pastizal, existen otros no menos importantes que se asocian directamente al funcionamiento del ecosistema y su biodiversidad, y que no obstante constituir la base de la vida natural, no ha resultado fácil ponderar su valor en el mencionado contexto económico y de mercado. Es a partir de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, donde se sentaron las bases para una nueva visión mundial del desarrollo sostenible, que se inicia el proceso de ponderación de los procesos que soportan la vida, en particular de aquellos que se relacionan estrechamente con los problemas de mayor vigencia en la actualidad: el calentamiento global y el cambio climático.
A través de las convenciones de diversidad biológica, la del cambio climático y en particular del Protocolo de Kioto, firmado en 1997, se reconoce ampliamente la importancia de conservar la biodiversidad y la necesidad de mitigar las emisiones de Gases de Efecto de Invernadero (GEI) mediante actividades de reforestación, reducción de la deforestación, del manejo forestal, de la regeneración de la vegetación, del manejo de pastizales y manejo de cultivos. Estas alternativas son elegibles únicamente para los países del Anexo I, países industrializados, mientras que para los países del No Anexo I (como el nuestro) se establece que las únicas alternativas elegibles son la forestación/reforestación.
, Aún cuando toda la vegetación de los pastizales representa un reservorio de carbono orgánico (estimada a nivel mundial entre 550-1,000x106 Toneladas para toda la biomasa terrestre), con tiempos de reciclado de 50 años, las principales fuentes y sumideros de carbono lo constituyen las rocas y sedimentos en lo profundo de los océanos (Carbono inorgánico principalmen
te), con tiempos de recambio de miles a millones de años.
Por otra parte, una proporción importante de la vegetación de los pastizales se ubica debajo del nivel del suelo y ésta produce desechos que integran la materia orgánica del suelo, aunque no en forma exclusiva (1,200x106 Toneladas para toda la biomasa muerta), la cual constituye una de las formas más efectivas de captura de Carbono (mineralización del carbono).
Como puede verse, no deberíamos subestimar el trabajo de los pastizales naturales en la mitigación de los gases de efecto de invernadero, su adecuado manejo y conservación constituirán hoy y siempre la alternativa más inmediata para coadyuvar en la solución del calentamiento global y local y por ende del cambio climático.









Desierto


Distribución planetaria de los desiertos y semidesiertos terrestres, las zonas marrones oscuras son los desiertos propiamente dichos, las claras son "semidesiertos" o zonas críticas con riesgo de desertización o desertificación inminente.
En
geografía se define como desierto la superficie terrestre total o casi totalmente deshabitada en la cual las precipitaciones casi nunca superan los 250 milímetros al año y el terreno es árido.





También puede ser considerado un ecosistema o un bioma.
Un desierto es un
ecosistema que recibe pocas precipitaciones. Tienen reputación de tener poca vida, pero eso depende de la clase de desierto; en muchos existe vida abundante, la vegetación se adapta a la poca humedad y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad, lo que significa que un ecosistema desértico es árido, su mayor característica y por ende, ni siquiera las tecnologías del presente hacen sustentable el establecimiento de grupos sociales.





Los desiertos forman la zona emergida más extensa del planeta: su superficie total es de 50 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente un tercio de la superficie terrestre. Esto es el 30% de las tierras emergidas, (16% desiertos cálidos y 14% desiertos fríos).

Dunas del desierto





Los desiertos tienen algunas características en común. El suelo del desierto está compuesto a menudo de arena, y puede haber dunas. El terreno rocoso es típico (un desierto cuyo suelo es de rocas o guijarros se llama con la palabra árabe hamada), y refleja el bajo grado de desarrollo del suelo, y la escasez de vegetación. Las tierras bajas pueden ser salares. Los procesos eólicos son factores importantes en la formación del paisaje.





Los desiertos pueden contener valiosos depósitos minerales que fueron formados en el ambiente árido, o fueron expuestos por la erosión. Debido a la sequedad de los desiertos, son lugares ideales para la preservación de artefactos humanos y fósiles.





Alternativamente, también se define desierto como un lugar despoblado, no habitado por humanos ni apenas por ser vivo alguno. Según esta definición, también son desiertos los situados en climas más fríos, como el ártico, o la tundra






Gran parte de los desiertos del mundo se ubican en zonas caracterizadas por las altas
presiones constantes (ver: anticiclón), condición que no favorece a la lluvia. Entre los desiertos de estas zonas están: los desiertos del Sáhara (el más extenso del planeta Tierra), Kalahari, Namib y del Ogaden en África; los desiertos Arenoso, Victoria en la mayor parte de Australia, los desiertos de Gobi (o Chamō), Kara Kum, Takla Makán, de Arabia, Rub Al Jalí (O "El Cuarto Árido"), de Siria, Judea, Sinaí-Néguev en Asia y los desiertos de Arizona-Desierto de Sonora, Mojave, Atacama, de Sechura y los Médanos de Paraguaná en América; téngase en cuenta que en esta lista no se han incluido los "paradojales" desiertos fríos.









Gran parte de los desiertos se deben a su continentalidad, es decir, su distancia del mar: por ejemplo, el de Gobi y los demás del Asia Central. No llegan hasta ellos los vientos húmedos que provienen de los océanos.





Los desiertos de las costas occidentales del sur de África y de América del Sur se ven afectados por la presencia de corrientes oceánicas frías que provocan deshidratación en la atmósfera.





LE SALUDA SU AMIGA NELSI SELYNA RAMOS ALTAMIRANO nos vemos a la proxima.













5 comentarios:

  1. hola compañeras los saluda su amigo Usiel Emiliano Reyes Cordova solo para decirles que su informacion me parece muy interesante sigan hasi y echenle ganas, bueno eso fue todo asta luego.

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  2. Hola, compañeras, su información está muy interesante, y completa, realizaron su investigación bien y pusieron mucha información acerca de su tema. Su compañera.
    Luisa Yamilet Rodríguez Crivelli de 4°”C”

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  3. Hola compañeros su informacion es buena y sus imagenes muy atractivas eso es todo por ahora se despide su compañera CLARA RIOS ISIDRO DEL 4º "C".

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  4. Hola compañeros de semestre su informacion me parece muy interesante al igual que sus imagenes eso es todo compañeros se despide su compañero JUAN CARLOS RODRIGUEZ ROMAN DEL 4º "C".

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  5. hola su informacion es muy buena solamente agregen mas imagenes para que se vea mejor.
    Diana Iveth Hernandez Mateos 4"c".

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